Que un bebé o un niño no duerma bien ni las horas suficientes no es un problema que deba pasar desatendido, porque puede acarrear consecuencias perjudiciales para su salud en el futuro.
Varios estudios aparecidos en un número especial de la revista médica Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine señalan que los trastornos del sueño en la infancia elevan la probabilidad de sufrir posteriores problemas físicos y mentales.
El sobrepeso o los problemas emocionales y de conducta son las consecuencias más importantes de estos trastornos del sueño infantil.
Los análisis se han realizando mediante el estudio de un espectro amplio de la población infantil, como 915 niños en el caso de la relación entre el déficit de sueño y la obesidad. Se preguntó a las madres de los niños de 3 años cuáles habían sido los hábitos de sueño de los pequeños desde los 6 meses de edad. El resultado fue que los bebés que duermen menos de 12 horas diarias tienen mayor riesgo de sobrepeso.
También se vio que los niños que dormían menos tenían tenían puntuaciones superiores en las escalas de ansiedad, depresión y agresividad, en un análisis de 2076 niños y adolescentes de entre 4 y 16 años.
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