martes, 15 de abril de 2008
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BERLÍN (AFP) - La organización ecologista Greenpeace ha ubicado este lunes en Berlín un tronco de tauari (árbol tropical) de 12 metros de longitud frente a la embajada de Brasil en Alemania para protestar por la deforestación de la selva amazónica, la mayor del planeta.
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"Este tronco representa los miles de árboles que son talados y quemados diariamente en el Amazonas", explicó a la AFP el experto de Greenpeace para Brasil Andre Muggiati, quien se desplazó hasta la capital germana. "El gobierno brasileño debe detener la desaparición de especies botánicas y animales y evitar que la deforestación acelere el cambio climático. La protección de la selva supone también la defensa del clima", agregó Muggiati.
Greenpeace y otras seis organizaciones ecologistas han exigido el compromiso del gobierno del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva de reducir a cero la deforestación del Amazonas para 2015. El 70% de las emisiones brasileñas de dióxido de carbono y otros gases invernadero a la atmósfera provienen de la quema de sus selvas.
"A Lula le pedimos acuerdos concretos. En los últimos cuatro años sólo ha cumplido un tercio de las medidas que prometió contra la deforestación", advirtió Muggiati. Brasil destinó 300 millones de reales (112 millones de euros, 178 millones de dólares) en 2007 contra las talas ilegales.
"El embajador nos recibió amablemente", comentó Andre Muggiati, "pero aclaró que la prioridad de su legación era la lucha contra los subsidios europeos a la agricultura, que perjudican las exportaciones brasileñas, no la ecología".
La embajada brasileña en Berlín constituye el primer objetivo en Europa del tronco de tacuarí quemado que los activistas de Greenpeace recogieron en noviembre pasado en la zona de Lábrea, en el estado brasileño de Amazonas. Tras recorrer 6.000 kilómetros en Brasil y ser expuesto en Río de Janeiro, Sao Paulo y Brasilia, el tronco (de diez toneladas de peso) recorrerá diversas ciudades de Alemania hasta llegar en mayo a la Convención de la Biodiversidad de la ONU (CBD) de Bonn.
"En Brasil, la destrucción de la selva amazónica no es un asunto que preocupe, parece que aquí en Europa la gente está más concienciada", apuntó el brasileño Muggiati.
En la reunión de mayo en Bonn, Brasil cederá a Alemania la presidencia del CBD, la conferencia más importante sobre protección ambiental. "La canciller germana, Angela Merkel, debe comprometerse con 2.000 millones de euros anuales para evitar la deforestación", exigió desde Greenpeace Alemania Corinna Hölzel.
La Amazonía constituye, con sus siete millones de kilómetros cuadrados, la mayor selva del planeta. Según Greenpeace, cinco hectáreas sucumben allí por minuto a las motosierras y los incendios provocados. Una hectárea de selva quemada libera entre 500 y 1100 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Los terrenos deforestados -ilegalmente, pues en su mayoría pertenecen al gobierno brasileño- son dedicados posteriormente a la ganadería y la agricultura. El 20% de las áreas taladas en las últimas dos décadas ya no son rentables. "Es más barato arrasar nuevas zonas que recuperar las ya taladas", denuncia Muggiati.
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